Esta es la historia de niñita muy tierna y preciosa que soñaba con tener muchos animalitos y cuidarlos, ella tenía su gatito llamado chimo, chimo era un gatito muy picaron, sus ojitos amarillos estaban siempre buscando las madejas de lana de la mamá de la niñita, así que la mamá peleaba mucho con el gatito, la niñita sufría por esto y quería que su gatito dejara de ser travieso para que su mamá dejara de pelear con él, esto parecía imposible…
Cuando llegaba la hora de comer del gatito la pequeñita le colocaba en un platito la comidita y la leche en otro, el gatito comía muy juicioso y luego ronroneaba en un rinconcito hasta que enrollado muy enrolladito se dormía, los niños jugaban y por más ruido que hacían el gatito no se despertaba…pero un día vino a jugar con los niños una pequeñita muy traviesa que empezó a jalar de las orejas al gatito, este se despertó y se puso muy bravo así que rasguño las manos de la niñita hasta que la pequeña lloro tanto que la mamá de la niñita dueña del gatito dándose cuenta de lo sucedido regaño mucho al gatito y lo mando afuera.
En la noche el gatito maullaba mucho en el patio de la casa, la niñita fue a recogerlo y lo metió en un el closet el gatito ronroneaba y ronroneaba muy contento hasta que se quedo dormido, la niñita también se durmió muy feliz en su camita. Al día siguiente, al salir al colegio la niñita cerro el closet para que su mamá no se diera cuenta que el gatito estaba allí pero igual la mama pasaba por el cuarto de las niñitas y oyó maullar al gatito y también sus garras que aruñaban la puerta del closet así que la mamá fue a sacarlo.
Cuando la niñita llego del colegio la mamá tenía preparadas unas deliciosas manzanas al horno, los niños se lanzaron a comer las manzanas, pero la niñita dueña del gatito cogió una manzana de algodón y todos se rieron, pensaron que era una broma de la mamá, no sabían porque su mamá había puesto esa manzana de algodón. Cuando le preguntaron porque había puesto una manzana de algodón entre las manzanas de verdad la mamá les contesto que la manzana de algodón era para el gatito, para que jugara con ella mientras los niños comían sus deliciosas manzanas, ella dijo que el gatito también tenía derecho a disfrutar pero como el no comía manzanas, al menos podía jugar con la manzana de algodón. Así la niñita se dio cuenta que su mamá también quería al gatito y se puso muy feliz.